Lo repetimos incansablemente, pero es cierto: al preferir pasto sintético en tu jardín, de verdad te olvidas del riego, la esclavitud de la manguera, el alto costo de agua a fin de mes, los problemas con el riego automático, el costo del jardinero, las malezas, que se secó una parte, que otra se puso amarilla… en fin, etcétera, etcétera, etcétera. Con el pasto sintético tendrás áreas verdes parejas, uniformes, siempre verdes, sin barro, olvidándote del riego y la mantención. Así de simple y así de cierto. Un lujo: cámbiate al pasto sintético.
Pasto sintético: ¡olvídate del riego y la mantención!